Nihonbashi Brücke

Kärcher limpia el puente Nihonbashi de Tokio, de relevancia histórica

Según un dicho conocido por doquier, todos los caminos llevan a Roma. Sin embargo, en Japón, desde el siglo XVII se dice que todos los caminos llevan al puente Nihonbashi, pues desde los tiempos del Gobierno de Tokugawa Shogune, era el punto cero del que partían todas las grandes calles comerciales. En ellas no solo tenía lugar una gran parte del tráfico de mercancías, sino que también muchos viajeros las utilizaban porque los barcos eran el medio de transporte predominante. El puente, construido en 1603, se convirtió así en el centro simbólico del país. Todavía hoy sigue habiendo una placa de bronce en la calzada en el centro del puente que marca el punto cero. A partir de él se medían las distancias desde y hacia Tokio, y se indicaban las carreteras de Japón.

Debido a que el puente de madera original se prendió fuego varias veces a lo largo de los siglos, en la última reconstrucción en 1911 se optó por hacerlo de granito, un material resistente al fuego. Sin embargo, tampoco impedía la formación de suciedad: el polvo, el musgo y las algas se fueron acumulando con el paso del tiempo en esta construcción de 52 m de largo y 30 m de ancho, y se formaron costras negras de hasta 2 mm de espesor. Las emisiones procedentes de las carreteras que pasaban por encima del puente hicieron el resto.

Para limpiar el puente Nihonbashi de manera acorde y a tiempo para su 100.º aniversario, se requirieron los servicios de un equipo alemán y japonés de Kärcher. Una combinación de limpieza con alta presión y chorro de partículas con baja presión resultó ser el tratamiento de embellecimiento más eficaz y respetuoso para el granito, que ya había saltado y se había caído parcialmente. Los técnicos de aplicaciones efectuaron primero una limpieza previa con equipos a alta presión y agua caliente a unos 100 °C. Conjuntamente se utilizaron pistolas pulverizadoras GS, con las que se eliminaron con cuidado la suciedad y las descolorizaciones restantes, con detergente abrasivo de carbonato de calcio y silicato de aluminio y sin dañar la piedra subyacente. Para causar el menor perjuicio posible al medio ambiente, el detergente abrasivo se recogió inmediatamente con aspiradores en seco y en húmedo. El equipo aclaró los restos que quedaban en la superficie con limpiadoras de alta presión de agua caliente HDS 13/15.

Puente Nihonbashi

El puente no fue dañado por las bombas de las fuerzas aéreas americanas durante la Segunda Guerra Mundial y hoy en día es uno de los únicos dos puentes que quedan de los tiempos del Gobierno del emperador Meiji Mutsuhito (1867-1912).

El canal que reviste es un antiguo foso que conectaba la sede del poder de los schogun directamente con el mar.

Dado que en el puente Nihonbashi se cruzaban las calles comerciales de Japón, en sus alrededores surgió un importante centro de comercio de la ciudad. En él trabajaban muchos pescadores, artesanos y comerciantes. Hoy en día, esta zona es uno de los centros financieros y comerciales de Tokio.